Puesta en funcionamiento de instalaciones

Toda instalación, necesita de una supervisión. A veces, y debido a la envergadura de las mismas, es necesario que esa supervisión no se deje en manos de cualquiera, y haya de hacerse mediante organismos autorizarados para ello.

En el caso de instalaciones, en una gran mayoría de los casos, nos encontramos que la administración competente para ello es industria (consejería que suele cambiar de nombre en los ciclos políticos), actualmente Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Aunque se dan casos en los que hay que recurrir a varias consejerías, por lo que se complica el poder establecer un procedimiento general. Para estos casos siempre se ha de consultar en persona en ambas consejerías para establecer el orden de prioridades y que no se retrase la puesta en funcionamiento por temas burocráticos.

Para la puesta en funcionamiento de una instalación se han de dar una serie de pasos específicos para cada uno de ellos. Aunque siempre hay unos que son genéricos.

1. Analisis de las necesidades a cubrir, para un correcto dimensionamiento.
2. Una vez determinada la envergadura del proyecto, informarse de la necesidad de proyecto, memoria técnica de diseño, certificados fin de obra. Esto dependerá principalmente de la potencia a desarrollar.
3. Si es necesario, pedir autorización para acometer el proyecto.
4. Desarrollo del proyecto (si es necesario)
5. Empezar a acometer la instalación.
6. Supervisión y control de que los parámetros queden siempre dentro de las tolerancias.
7. Prueba en condiciones de servicio y condiciones de máxima potencia.
8. Supervisión de la instalación por un servicio externo autorizado u Organismo de Control Autorizado (OCA)
9. Emitir el certificado fin de obra.
10. Presentación de la documentación en la delegación correspondiente, obtención de la puesta en funcionamiento.

Le recomendamos, que para la realización de su proyecto no se deje de llevar por casas comerciales que lo que pretenden es de vender su producto.
Confíe en profesionales que no tengan arraigo con ninguna casa comercial, para poder usar de cada una lo mejor y que no le den gato por liebre, consiguendo una instalación que no este sobredimensionada.

El disponer de una instalación con mayor potencia de la que necesito es un error muy común.
Por un lado esta el de la inversión inicial. Por lo general un equipo mayor es mas caro que uno mas pequeño. Además el mantenimiento de uno mayor suele ser mas costoso.
Otro punto que no se ha de dejar aparte, es el tema de los consumos. A mayor potencia mayor consumo. ¿Pero que pasa si necesito poca potencia y mi equipo es grande? Obviamente no estoy gastando todo lo que gastaría ese equipo a plena potencia, pero estaré trabajando por debajo del punto de maxima eficacia.
Este punto es aquel en el que cada gota de gasolina, gasoleo o watio de electricidad es convertido en mayor energía. Es el punto en el que nos interesa trabajar, por lo tanto mientras mas cerca estemos de ese punto, mas estaremos ahorrando en energía.
Existe otro inconveniente mas, un equipo de mayor potencia, ocupa mas espacio, pesa más y es menos manejable, por lo que la colocación en el punto de servicio puede resultar toda una odisea. Este aspecto se suele solucionar utilizando varios equipos pequeños para dar toda la potencia, pero dependiendo del uso que se le vaya a hacer a las instalaciones, puede llegar a ser contraproducente. Es por ello, que se necestia de sentarse y echar números antes de poner un equipo u otro, de una marca u de otra.

Recalcar, que teniendo en cuenta consumos, mantenimientos, mano de obra y demas condiciones, puede ser que un equipo mas caro inicialmente, con el paso del tiempo me resulte mas rentable que otro a priori mas barato.